miércoles, 21 de octubre de 2015

La profundidad del cosmos en mi mente, miles de universos pensados para rendir culto al arte. Donde los detalles enamoran y las miradas bastan. La Via Lactea debe estar celosa de tu espalda, el cinturón de Orion solo piensa en aferrarse a tus caderas.

Hay desiertos y palmeras, noches y lluvia, lienzos en blanco que solo nosotros podemos ver. Un mundo entero moldeable a nuestro antojo y su relieve imitando tus curvas dibujadas con pincel.

Podría ser tu hogar. Tu rincón favorito. Puede respirarse paz, podemos ser nosotros.  Vivir al margen al margen del resto, sobre un mismo plano, como si se tratase de un universo paralelo.

Tan cerca de ellos y a la vez tan lejos. Tan jóvenes y a la vez tan viejos.

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