lunes, 29 de diciembre de 2014

Los puntos que sean en la boca, siempre suspensivos, de tres en tres, y nunca finales. Ya suturamos suficientes heridas, ya quemamos demasiadas páginas empapadas en lágrimas, alcohol y perfume. Cenizas a las cenizas, y nos mezclamos. Tal vez la llama no se apague y renazcamos. Pero yo seguiré igual de sucio, tiznando todo lo que toco de este tono gris mío tan caracteristico. Dejando mi marca, en las paredes, en cada hoja, en ti. Déjame ser yo, el chico triste que se enamora, el que tiene tanto miedo y a la vez es tan valiente. No cuaquiera se atreve a sentir tan intenso. No todos pueden ser tan inmensos siendo tan poca cosa. Frío. Como tus besos. Como mis versos. No como el invierno. Más bien como una despedida sin un 'adiós'.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Perdí el rumbo junto a las ganas de verte. Como perdió el cielo su azul por culpa de las nubes. Invadido de gris todo parece distinto, sucio como el sexo pero puro como el amor de un niño, ese que murió hace tanto entre disgustos y depresiones. Ese que va siempre serio con cara de insensible pero que siente más que ninguno de vosotros. Evita el golpe, sujeta la copa, dale otra calada, cierra la puerta y sujeta a tus fantasmas. Pero que más da, si doy yo más miedo que ellos.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Este frío no vas a entenderlo. No es como el invierno. Es no poder abrir los ojos por lágrimas congeladas. Es dolor, es pena, es rabia. Es estar muerto por fuera y moribundo por dentro.
La seriedad de un anciano en un cuerpo de veinte años. La amargura de un domingo a diario.
"¿Enserio piensas que puedes cambiarlo?" Yo mismo destrozo mis sueños. Creí en los "algún día..." en los que te obligué a creer. Si entonces eramos ruinas hoy en día de mi no quedan ni escombros, se los ha tragado la tierra. Sigo soñando con ese culo moviéndose por mi cuarto, con follarte cada noche y amarte cada día. Pero tú ya no eres para mi, y yo me pregunto si alguna vez lo fuiste.
Cualquiera se enamoraría de ese culo, pero no cualquiera se merece tenerlo. Sé que otro llegará antes que yo, que te enamorará y seréis felices, durante un tiempo. Las chicas tristes no son fáciles, los chicos tristes somos frágiles, pero me mantengo más entero cuando comprenden nuestra tristeza.
Sé que todo esto es en vano, solo soy un pasatiempo, el libro que lees cada noche hasta que llegue él a tu cama.
Y ya ni eso. Me rompí con aquel vaso que tiré contra la pared gritando tu nombre. Pero quien no querría jugar a este juego, quien no querría sentirte suya aunque sea por un momento.
Amarte sin tenerte, soñarte sin dormir. Cosas imposibles. Como que algo tan bonito sea para mi.
Voy buscando otra como tú, pero solo encuentro partes de ti. Pequeños fragmentos hechos mujeres.
Algunas me han querido, a algunas hasta las he llegado a querer. Pero no me completan, no dejan de ser una misera pieza de tu inmenso puzzle. No dejan de ser algo que no deseo.
Tú seguirás siendo la chica de mis sueños pese a todo. De bueno, tonto y de tonto, con sentimientos.
Me enamoré de algo que no sería mío nunca, amé ese sueño con todas mis fuerzas.
Preferiría vivir en él a dormir en la realidad.
Por eso ya ni duermo, ni siento. Solo pena. Solo lástima. De mi.

jueves, 4 de diciembre de 2014

He vuelto, para irme.

He vuelto a recaer. He vuelto, pero para irme. Que alguien me diga que va a importarle, que mi ausencia va a notarse. Aunque sea mentira. Estaré demasiado lejos como para saber si es verdad. Estaré demasiado cerca como para distinguir realidad y fantasía. Realmente no sé que hago aquí, pero sé lo que quiero y lo que necesito. Sé que mi mirada se ve vacía, hay demasiada oscuridad dentro como para reflejar algo. Nadie le da una oportunidad al chico roto, tienen miedo de cortarse con los trozos. Yo ya intenté cortarme las venas con ellos, pero no estaban lo suficiente afilados. No sé hacer daño, solo recibirlo. No consigo ser otro aunque lo intente. Ya estaría muerto si de mi dependiese, al menos así tanto desastre sería comprensible.

Sube la música, apaga el mundo, dame fuego. Sírvete tú misma, mis restos no son de nadie. Ni siquiera míos. La amargura del café es para saborearla, la dulzura de tu boca es como para morirse, o más bien matarse. Dispara, pero sin apuntar, no vayas a arrepentirte en el último instante. Mira que hora es, y yo con estos sueños, tan solo cumpliendo años. Mírame bien, no eres consciente del mar en el que te sumerges. Cuando te quieras dar cuenta te habrá arrastrado la corriente, y solo hay una isla desierta en este océano. Hay más vida en mi mente que en mi cuerpo. Hay más muerte en mi cuarto que en la guerra. No hay más guerra en ti que la que yo provoco.

Sin pelea no hay reconciliación, sin lluvia no hay arco-iris. Sin amor no hay vida.
Dime entonces por qué respiro y mi voz retumba convirtiéndose en grito. Desgarrado, como tu camisa por las prisas. Un vaso roto en el suelo, un charco de sangre, un beso en la herida.
Un "Adiós, este no es mi sitio". Ni mi momento.
Tal vez sobreviva. Tal vez me da igual. Tal vez nunca debí jugar con fuego, pero quería que me quemaras y dejaras cicatriz.
Es demasiado larga mi lista de errores. Pero aún más larga es mi lista de sueños por cumplir.
Y tú estás en ambas, pero yo no estoy en ninguna.
Yo no estoy. Ni aquí ni allí. Yo no soy. Ya no.
Solo pasaba de camino para recoger alguna flor, por si olvidaba que a veces las espinas se clavan dentro. Por si recordaba que lo que me mata no es lo que me hace sangrar, si no que nadie quiere suturar la herida.