lunes, 29 de diciembre de 2014

Los puntos que sean en la boca, siempre suspensivos, de tres en tres, y nunca finales. Ya suturamos suficientes heridas, ya quemamos demasiadas páginas empapadas en lágrimas, alcohol y perfume. Cenizas a las cenizas, y nos mezclamos. Tal vez la llama no se apague y renazcamos. Pero yo seguiré igual de sucio, tiznando todo lo que toco de este tono gris mío tan caracteristico. Dejando mi marca, en las paredes, en cada hoja, en ti. Déjame ser yo, el chico triste que se enamora, el que tiene tanto miedo y a la vez es tan valiente. No cuaquiera se atreve a sentir tan intenso. No todos pueden ser tan inmensos siendo tan poca cosa. Frío. Como tus besos. Como mis versos. No como el invierno. Más bien como una despedida sin un 'adiós'.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Perdí el rumbo junto a las ganas de verte. Como perdió el cielo su azul por culpa de las nubes. Invadido de gris todo parece distinto, sucio como el sexo pero puro como el amor de un niño, ese que murió hace tanto entre disgustos y depresiones. Ese que va siempre serio con cara de insensible pero que siente más que ninguno de vosotros. Evita el golpe, sujeta la copa, dale otra calada, cierra la puerta y sujeta a tus fantasmas. Pero que más da, si doy yo más miedo que ellos.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Este frío no vas a entenderlo. No es como el invierno. Es no poder abrir los ojos por lágrimas congeladas. Es dolor, es pena, es rabia. Es estar muerto por fuera y moribundo por dentro.
La seriedad de un anciano en un cuerpo de veinte años. La amargura de un domingo a diario.
"¿Enserio piensas que puedes cambiarlo?" Yo mismo destrozo mis sueños. Creí en los "algún día..." en los que te obligué a creer. Si entonces eramos ruinas hoy en día de mi no quedan ni escombros, se los ha tragado la tierra. Sigo soñando con ese culo moviéndose por mi cuarto, con follarte cada noche y amarte cada día. Pero tú ya no eres para mi, y yo me pregunto si alguna vez lo fuiste.
Cualquiera se enamoraría de ese culo, pero no cualquiera se merece tenerlo. Sé que otro llegará antes que yo, que te enamorará y seréis felices, durante un tiempo. Las chicas tristes no son fáciles, los chicos tristes somos frágiles, pero me mantengo más entero cuando comprenden nuestra tristeza.
Sé que todo esto es en vano, solo soy un pasatiempo, el libro que lees cada noche hasta que llegue él a tu cama.
Y ya ni eso. Me rompí con aquel vaso que tiré contra la pared gritando tu nombre. Pero quien no querría jugar a este juego, quien no querría sentirte suya aunque sea por un momento.
Amarte sin tenerte, soñarte sin dormir. Cosas imposibles. Como que algo tan bonito sea para mi.
Voy buscando otra como tú, pero solo encuentro partes de ti. Pequeños fragmentos hechos mujeres.
Algunas me han querido, a algunas hasta las he llegado a querer. Pero no me completan, no dejan de ser una misera pieza de tu inmenso puzzle. No dejan de ser algo que no deseo.
Tú seguirás siendo la chica de mis sueños pese a todo. De bueno, tonto y de tonto, con sentimientos.
Me enamoré de algo que no sería mío nunca, amé ese sueño con todas mis fuerzas.
Preferiría vivir en él a dormir en la realidad.
Por eso ya ni duermo, ni siento. Solo pena. Solo lástima. De mi.

jueves, 4 de diciembre de 2014

He vuelto, para irme.

He vuelto a recaer. He vuelto, pero para irme. Que alguien me diga que va a importarle, que mi ausencia va a notarse. Aunque sea mentira. Estaré demasiado lejos como para saber si es verdad. Estaré demasiado cerca como para distinguir realidad y fantasía. Realmente no sé que hago aquí, pero sé lo que quiero y lo que necesito. Sé que mi mirada se ve vacía, hay demasiada oscuridad dentro como para reflejar algo. Nadie le da una oportunidad al chico roto, tienen miedo de cortarse con los trozos. Yo ya intenté cortarme las venas con ellos, pero no estaban lo suficiente afilados. No sé hacer daño, solo recibirlo. No consigo ser otro aunque lo intente. Ya estaría muerto si de mi dependiese, al menos así tanto desastre sería comprensible.

Sube la música, apaga el mundo, dame fuego. Sírvete tú misma, mis restos no son de nadie. Ni siquiera míos. La amargura del café es para saborearla, la dulzura de tu boca es como para morirse, o más bien matarse. Dispara, pero sin apuntar, no vayas a arrepentirte en el último instante. Mira que hora es, y yo con estos sueños, tan solo cumpliendo años. Mírame bien, no eres consciente del mar en el que te sumerges. Cuando te quieras dar cuenta te habrá arrastrado la corriente, y solo hay una isla desierta en este océano. Hay más vida en mi mente que en mi cuerpo. Hay más muerte en mi cuarto que en la guerra. No hay más guerra en ti que la que yo provoco.

Sin pelea no hay reconciliación, sin lluvia no hay arco-iris. Sin amor no hay vida.
Dime entonces por qué respiro y mi voz retumba convirtiéndose en grito. Desgarrado, como tu camisa por las prisas. Un vaso roto en el suelo, un charco de sangre, un beso en la herida.
Un "Adiós, este no es mi sitio". Ni mi momento.
Tal vez sobreviva. Tal vez me da igual. Tal vez nunca debí jugar con fuego, pero quería que me quemaras y dejaras cicatriz.
Es demasiado larga mi lista de errores. Pero aún más larga es mi lista de sueños por cumplir.
Y tú estás en ambas, pero yo no estoy en ninguna.
Yo no estoy. Ni aquí ni allí. Yo no soy. Ya no.
Solo pasaba de camino para recoger alguna flor, por si olvidaba que a veces las espinas se clavan dentro. Por si recordaba que lo que me mata no es lo que me hace sangrar, si no que nadie quiere suturar la herida.

martes, 25 de noviembre de 2014

La estupidez de los sentidos

Donde hubo fuego cenizas quedan, pero dejaste la ventana abierta y se volaron todas. Mi cuarto es una nube de polvo, humo de segunda mano y amor de tercera. Tan roto de que lo usen, juguete viejo despreciado, tan poco valorado que se esconde debajo de la cama. Mi monstruo, el que no me deja dormir, el que me hace soñar despierto. Ya no sé si dejé la puerta entreabierta aquella noche para que entraras tú o por si decidía irse él. Soy más insensible después de cada desilusión, más tierno después de cada golpe, más cerdo después de cada romance. No esque sea frío, congelo los instantes, para que, al contrario que las personas, no me abandonen nunca. Por dentro algo me quema, por fuera se me resquebraja la coraza. Mis demonios internos estarían entretenidos para rato en tu infierno, pero no me hago responsable de los daños. Ni yo mismo los controlo, me controlan ellos a mi. Si no de qué esta sonrisa rota, este sentimiento de culpa por sentir. Ni yo sé que pinto aquí ni tú quieres averiguarlo. Se me acabaron los colores hace mucho, tiré la paleta al lienzo y este manchón gris es el resultado. Subrealismo en estado puro, interiorismo desastroso, todo manchado de miedo, todo más muerto que vivo. Estar en la cuerda floja me dio vida, pero un día caí y me ahorqué con ella. Mi cabeza sigue atada, el cuerpo no lo siento.

Amor, la estupidez de los sentidos.
Lo que le da sentido a la estupidez

Puzzle

No hay mayor desierto que el mar. No hay mayor paz que la de estar en guerra. Mi vida y sus contradicciones. Mi amor y el odio que le tengo. Maldita suerte. Afortunado desastre. Demasiado cansado como para no hacer nada. Demasiadas ganas como para hacer algo. Pienso en no pensar. Imagino no tener imaginación. Quiero morir viviendo en vez de vivir muriendo. Quiero todo y nada. Follarte como a una puta, ser el más cerdo cada noche y hacerte el amor cada mañana como el mayor de los románticos. Cuidar los matices, matizar los detalles. Hacer que me odies por no haberte amado antes. Sentir los sinsentidos de la vida, ser lo suficiente listo para hacer el idiota. Asesinar por ti flores, personas y recuerdos. Romper fotos, hacer nuestro propio collage con tus trozos y los míos, para que, si nos alejamos, al menos veamos que fue bonito ser un puzzle. Una pena que al follarte encima de la mesa las piezas se cayeran. No sirve de nada llorar tras el naufragio, sumergirse para ver lo que queda solo ahoga. Tus manos en mi espalda ya no arañan ni sujetan, solo empujan. Pero para caer nunca necesité ayuda. Echo de menos los besos que no nos dimos, las fotos que no te hice, las locuras que no hicimos, los textos que no te escribí.
Oportunidades que se pierden, cosas que no pasan. Tiempo que vuela. Luz que se apaga. Siempre es igual, como los días. Siempre es distinto, como el amor. Nunca es bueno, como la droga.
¿Cuándo volveré? No lo sé.
¿Cúando me fui? Nunca estuve. Solo pasaba por allí, pero no me importaba el tiempo.
Solo me importaba fotografiar cada rincón por si decidía olvidarlo, por si olvidaba que te olvidé, recordarlo

jueves, 20 de noviembre de 2014

Llave maestra

Esa gota de sudor frío cayendo por tu espalda cuando estás a punto de correrte.
Y yo viéndola caer junto a ese arqueo involuntario de tu espalda tres milésimas de segundo antes de que tus uñas se claven en mi espalda. Hincarte el diente, saborear la gloria. Cómo si el mundo se acabase. Y nosotros reconstruyendo nuestras ruinas, follando entre escombros. Viviendo entre sueños en construcción. Tan cerdos y a la vez tan tiernos. Tan sucios y a la vez más limpios que nunca.
Las nubes nos están arropando, no quieren que el mundo nos vea así. Tan fuertes y a la vez tan vulnerables. Tan sensibles que un roce puede salvarnos y su ausencia puede hacer que caigamos en el abismo frío de esa cama vacía. Pero no vamos a pudrirnos con este frío que nos envuelve.
Vamos a seguir igual. Ardiendo y renaciendo. Amando cómo críos inocentes, follando como ninfómanos. Infiernos a cero grados y paraísos quemándose. Dolores físicos placenteros y dolores internos que no te dejan ni andar. Yo no quiero paz si no es contigo, no quiero guerra si no es en tu cama. Notas de suicidio en tu espalda cada noche antes de matarme en cada una de tus curvas.
Nunca la muerte tuvo tanto morbo. Nunca tuvo un rostro tan angelical ni una sonrisa tan pícara.
El café nunca supo tan dulce con tan poco azúcar. El sexo con otras nunca tuvo tan poca gracia.
Sería como conformarse con migajas cuando quiero cada trozo de tu pastel. Sería fomentar la miseria. Empobrecer los sentidos. Curarle la ceguera al amor. Hacerle sentido a la razón.
Quién querría estar cuerdo con una locura tan dulce como la tuya.
Quién no querría ser preso de la cárcel de tu cuerpo. Esclavo de tus sueños. La voz en off de tu historia. Esa gota de sudor que se escapa desde tu barbilla hasta tu ombligo.
Yo vine, te vi y me venciste. Perdí en el juego de no enamorarme de ti, pero gané más de lo que nunca podría haber soñado.
El café se enfría antes sin ti. Los cigarros se consumen más rápido. El tiempo que perdemos se acelera porque no aguanta estar tan solo. La luz que se cuela por la persiana lo hace con menos fuerza porque sabe que no estás tú en mi cama para manchar tu piel de sombra. No estás en mi cama para manchar mi vida de luz.

Rulo y enciendo. Paro y pienso. Miro. Siento.
No sé que está pasando, pero por fin está pasando algo.
No sé dónde estás, pero te estoy buscando. A tientas como un ciego, leyendo en braille con los labios.
Porque no hacen falta ojos para ver tu alma. No hace falta luz para ver mi sombra, está más alargada que nunca buscándote por las calles de la ciudad, por si te encuentra, síguela. Te marca la posición de mi tesoro, la equis de mi ecuación, tan solo compatible con la tuya. Te estoy dando pistas para venir y descifrarnos. Mi ganzúa se ha roto, ven y abre mi puerta.
Tú podrías ser la llave maestra de mi vida si quisieras.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Hermana de la lluvia

Escribo sin escribir. Hablo callado. Escucho el silencio. La lluvia no me moja, me seca el alma de lágrimas. Todo me parece menos gris cuando también lo está para los demás. Aunque para mi su gris es una de las cosas más intensas, bellas y llenas de vida que existe. Seré yo, demasiado normal para un mundo tan raro. Serán ellos, demasiado tuertos para un mundo de ciegos. Dónde no hace falta mirar, solo sentir. Dónde faltan almas y sobran ojos que no saben ni donde mirar, mucho menos iban a saber apreciar.

Cómo no iba a ser triste esa chica con lo increíble que es. Como una inofensiva amapola pasando desapercibida entre tantas rosas con espinas. Con una belleza tan pura que mezcla lo físico y lo metafísico, tan natural que parece imposible que sea cierto. Pareciera hermana de la lluvia, destinada a caer sin que nadie sepa apreciar la belleza que encierra.

Pero a veces la lluvia es de alegría, al igual que las lágrimas.
Sobretodo cuando tiene una piel como la suya para aterrizar, o más bien estrellarse.
Aunque eso suponga chocar y destrozarse.

Flor de luto

Mis manos y tu pelo, poesía y discos viejos,
El odio guardándole luto al amor,
Y tu corazón de fiesta celebrándolo.
Finales sin comienzo, orgasmos sin sexo.
Piel de gallina sin besos ni versos.
Tu cuerpo como vaso y mi voz en estado líquido.
El mar y su peligro. Las sirenas y su canto.
Y yo tan sordo que ni siento ni padezco.
Tan loco que sabe a poco que tu tus ojos sean tan negros.
Yo que siempre fuí tan gris y ahora busco color.
El de su pelo y sus labios a juego.
Una flor perennemente marchita por el frío.
Tan preciosa, única y frágil que sienten miedo los dedos,
de no ser dignos de su tacto mágico,
de no saber hacer que se mantenga entera,
sintiendo rabia, porque no crecen amapolas como esa en mi patio.

Caprichos incumplidos

Cuando no eres tú ni soy yo ni se qué hacer. Ganas de todo y ganas de nada.
Amor y droga, más de lo segundo que de lo primero. Aunque lo primero es la mayor de mis drogas.
Esa que no encuentro pese a ser la que más busco. Dime si no es irónico. Encuentras, pero pierdes. Amas, pero odias. Sientes, pero sobretodo frío. Más dentro que fuera, desprendes frío mientras se te quema el alma. Aquí no quedan ni cenizas, acabaron por el suelo como todas las colillas.
Los quiero y no puedo, la fuerza de los débiles, la valentía del suicida más cobarde.
Si prefiero más humo que aire es porque ya me estoy oxidando, como ese metal, tan frío que nadie quiere tocarlo. Querer que llueva fuera para disimularlo todo. Esta mala cara es por el tiempo, pero la meteorología me importa una mierda, es por el perdido, y por el que no tengo. Por las oportunidades que se pierden por no darse.
Como el café, que se enfría esperándote. Como la lluvia, sin ganas de caer porque no va a poder mojarte, y el cielo tan celoso de tu techo como yo de tus sábanas.

Esas cosas pequeñas que te hace ser quien eres. Esas cosas enormes que te hacen no querer serlo.
Le pido tiempo al tiempo, amor al amor y paz a la guerra. Y lo más sensato parece lo último.
Lo más útil sería lo primero, lo más recomendable lo segundo. Pero, para bien o para mal, nunca fuí de hacer lo correcto. Nunca tuve la oportunidad de hacerlo.

Vivir tranquilo se convirtió en capricho. Y vivir de las locuras un sueño incumplido.

jueves, 30 de octubre de 2014

Una y otra vez, el eco retumba

No doy pie con bola. A veces deseo que esa bola me aplastase.

Pierdo la esperanza. Como si hubiese vuelto a encontrarla acaso. Como si algo hubiese ido bien en el último año. No tengo amor, ni salud, ni dinero. Esa piva no va a fijarse en mi, nunca voy a estar al cien por cien, nunca me van a sobrar los billetes. Lo peor de todo es la impotencia, lo incontrolable de mi desgracia, lo atado que estoy a ella. Mírate, otra vez llorando a oscuras maldiciéndote. Los nervios, las nauseas, el llanto. Otra vez. Ojalá fuese una espiral, algún día terminaría de caer. Este bucle nunca acaba, como mi canción favorita sonando una y otra vez.

'Una y otra vez...'

No me sorprende tanto eco estando vacío. No me sorprende que mi salud física flaquee, si la mental hace tiempo que está destrozada. Quién iba a interesarse por algo tan triste y tan insignificante.
Si una de mis tres preocupaciones se solucionase tanta angustia sería soportable. Lo peor es que la que más me importa es la más difícil de encontrar. No existe mayor droga que el amor, y creer en él me destroza, pero dejar de creer en él sería una lástima. Tanto como dejar de creer en mi, pero en mi ya no creo desde hace mucho. Creo que me autoengaño diciendo que se querer, tal vez solo quiero que me den una oportunidad de enseñar y así aprender a hacerlo junto a alguien. Corazones autodidactas autodestruyéndose.
Dando tanta pena solo vas a conseguir que te repudien. Me sorprende sorprenderme. Me asusta llegar a asustarte. O escribo bonito o escribo triste, sin un termino medio, de manera intermitente. Solo busco una razón para sonreir, para creer en mi, para saber que valgo. Sé que valgo, mucho más que la mayoría, pero siempre necesité ver para creer. Necesito verme en unos ojos que entiendan tanta tristeza, pero esos no se encuentran, ni se interesan por ti.

Busco por la calle la cara de quien me hizo volver a tener ganas. Nunca la veo.
Busco por el cielo una estrella que brille. Todas están tan apagadas como yo, apunto de morirse.
No quiero que lloren por mi, solo que me recuerden. Ya no pido auxilio, me amordaza esta inseguridad. Me muerde el labio la nostalgia, su sabor amarga. El café del color de mis ojos no hay quien se lo beba, cada vez más negro, con menos dulzura en la mirada. Con esta sonrisa cada vez más propia de un hijo de puta, de un asesino. Más bien de un suicida que ya no teme a nada, porque sabe que nadie puede hacerme más daño que yo mismo dando vueltas por mi mente, recordando, imaginando demasiado. Me estoy olvidando de como soy, de como era. No se que seré, me faltan belleza y espinas para ser flor aunque me sobren hojas escritas. Esta oscuridad me está consumiendo la vida, sin nadie que encienda la luz para hacerme despertar de esta pesadilla. Aunque apenas duerma.

Me sabe la boca a sangre, pienso en vomitar. Pero eso es justo lo que estoy haciendo ahora.
Fumo más, pensando en otro vicio que me distraiga y merezca más la pena.
Esa es mi condena, estas son las notas de suicidio de mi alma.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Ella es ella

A veces quisiera ser mago. Hacer magia, manejarla.
Rehacerla, pero sin cambiarla. Reinventar todos los trucos.
Hacerla aparecer ante mis ojos. Sacar de la chistera un gato. Hacer aparecer un ramo de amapolas. Arrancarle los puñales que le clavaron y hacer desaparecer sus cicatrices y sus miedos. Cambiar el escapismo por encerrarme con ella, o en sus ojos.
Lo raro sería no querer hacerlo con lo normal que es.
Pero vosotros que sabréis, si no sentís la ilusión y las ganas de que todo sea mutuo, como la suerte de que dos caminos se encuentren cuando más perdido estás.
Si no comprendéis la importancia del arte, cómo ibais a saber valorarla.
Si ella es el arte, la magia, los detalles, las palabras, las ganas. Ella es persona, no es perfecta.
Pero ella es ella, que es mejor.

martes, 21 de octubre de 2014

Arte

Me gusta cuando hablamos y parece que nos estemos escribiendo. Como haciendo magia, arte.
Cuando no sabe que ella es arte. La magia está en los detalles, en los suyos.
Incluso en los más pequeños. Sobretodo en los más pequeños.
Las mejores musas son las que inspiran sonrisas, las mejores fotos son las que no te esperas.
Los mejores besos son los que no se piden.
Yo saliendo en pleno otoño esperando encontrar flores.
Tal vez porque ella aporta primavera a este invierno gris.
Porque ese cielo nunca ha estado tan bonito como desde que ella lo ve desde tu ángulo.
Porque el sol no sale hasta que te despiertas. Despertar soñando despertarte.
La ilusión de lo más simple. La paz de sentir(te).
Esa sonrisa robada que te eriza la piel.
Cualquier cosa relacionada con ella es arte.
Arte es ella sin ser artista.

sábado, 18 de octubre de 2014

La magia lo dirá

Hablarte en poesía, como los enamorados. Quiénes lo fueran.
La poesía siempre ha sido algo que se me resiste, que se me escapa.
O más bien que huye de mi. Como el amor.
Yo no soy músico, ni fotógrafo, ni escritor. Solo un amante del amor y los detalles, de plasmar sensaciones, sentimientos y momentos. De hacer magia con tu magia. De hacer (el) amor con tu odio.

Quién fuera músico y oído. Fotógrafo y ojos. Escritor y alma.
Quién seré. Quién será. Qué seremos. La magia lo dirá.

jueves, 16 de octubre de 2014

Alzheimer sentimental

¿Cómo voy a pretender que alguien me entienda si ya ni yo me entiendo?
- Eres un flipao' - me repito mientras sonrío. Por no llorar.
Lo que te gusta enamorarte; lo que te gusta sentir. Pero hace demasiado tiempo que no sientes nada, que nadie te hace sentir. A nadie le interesa un chico tan frío y gris, consumido por sus propias emociones, por sus propios sueños. Que imagina más de lo que sus ojos pueden ver. Que ve más de lo que los demás pueden sentir. Las espirales dejaron de ser bonitas cuando empezaste a caer en ellas. Cuando el reloj dejó de congelarse y empezaste a ser tú el congelado. Paciente, criogenizado, como esperando un antídoto. La paciencia dejó de ser tu punto fuerte y pasó a ser tu mayor debilidad. Las ganas empezaron a ser puras ansias.
Quieres sentirte vivo, no que te maten. Quieres ser el deseo de alguien, la silueta por la que alguien se gira para mirar como se aleja, como queriendo que vuelvas sin haberte ido aún. Mírate, mendigando amor y sin recibir siquiera migajas. Tú que lo das todo, que guardas cada detalle en tu memoria para, en el momento oportuno, hacer aflorar mil sensaciones con un solo gesto desinteresado.
No naciste para esta época, para esta sociedad. Para esta suciedad en el alma que te está pudriendo porque nadie viene a limpiarla; y tú ya no pides socorro ni a susurros. Me mancho las manos, como para ir a juego. Dibujo en el techo con los ojos, coloreo escupiendo sangre. Piensas que ocurrirá ahora, que sentirás mañana. Que pasó y que pasará. Pero nunca pasa nada, o nadie. El pasillo sigue vacío, el suelo sigue lleno de cenizas y arenas movedizas en vez de ropa.
Cuando algo te interesa te entusiasma. Amas lo nuevo, lo desconocido. Lo miras con descaro sabiendo que lo quieres tuyo. Pero nunca será tuyo. Nunca será tuya. Deja de soñar, nunca se te ha dado mal, ese es el problema. Te pones metas que tu corazón no puede conseguir. Olvidas tus limitaciones cuando las sensaciones afloran. Pones puntos suspensivos para no tener que imaginar un final antes siquiera de empezar. Siempre es lo mismo.
Soñar, bajar de la nube, poner distancia y dejar que se marchite esa flor que recogiste para ella, como intentando llamar una atención que nunca tendrás. Siempre empiezo hablando de mi y acabo hablando de otra persona, por pura lástima hacia mi mismo. Nunca me gustó hablar sobre mi, siempre preferí que me observaran y aprendieran. La magia del silencio y los pequeños detalles.
Se te desborda el amor en forma de lágrima hinundando la habitación y tiñéndose de rojo. No puedes evitarlo, tienes el corazón hecho mierda tirado en esa esquina. Tienes la vida escapándosete entre los dedos, saltando por la ventana.
Lo tienes todo, de la manera más rota. No tienes nada, de la manera más jodidamente penosa.
Sigue soñando con una sonrisa que nunca será tuya, con un culo que no va a estar nunca en tu cama.
Eres demasiado gris para que te amen, y se te está olvidando como amar.
Jodido alzheimer sentimental, estás haciendo polvo mi esencia.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Notas en la nevera

Uno espera una señal, un cruce de miradas, un giro inesperado. Como el de su cabeza mirándome, como en las películas. Hemos leído demasiado, hemos visto llover demasiadas veces abrazados al calor que desprende ese café, como si fuera a abrazarnos él a nosotros. Como si fuera a acompañarnos a la cama de la mano.
Triste pero intenso, como el amor sin sexo, o como el sexo sin amor. Que bonita resulta la palabra "correrse" en esos labios y que sucia suena en otros.
Pantalones largos y camiseta interior para dormir. Vuelve el frío, pero no los besos en la nuca. Me engañan estos escalofríos. Serán las ganas, será que quieres que te miren esos ojos, solo esos. Sabes que van a verlo todo. Tu físico y tu alma, tu ego marchito, esa magia triste que emanas. Será que has leído demasiado y conocer a alguien de quien merece la pena enamorarse te entusiasma. Echas de menos la piel de gallina escribiendo. Echas de menos el frío, que te abracen y te sumerjan en ese mar de gemidos de sirena y sudor. Echas de menos que hasta la cama más grande se os quede pequeña para tantos sueños.
Pero dime que no es bonito soñar con primeros momentos. Con finales abiertos, como su blusa y mi camisa. Con una silueta en la cama que merezca la pena memorizar y notas sobre ti en la nevera para que, cuando despiertes sola, sonrías tanto como cuando estoy yo al otro lado de la almohada.

Primera nota: Si la sonrisa es el espejo del alma, no me extraña, que, cuando sonríes, enamores.