jueves, 16 de octubre de 2014

Alzheimer sentimental

¿Cómo voy a pretender que alguien me entienda si ya ni yo me entiendo?
- Eres un flipao' - me repito mientras sonrío. Por no llorar.
Lo que te gusta enamorarte; lo que te gusta sentir. Pero hace demasiado tiempo que no sientes nada, que nadie te hace sentir. A nadie le interesa un chico tan frío y gris, consumido por sus propias emociones, por sus propios sueños. Que imagina más de lo que sus ojos pueden ver. Que ve más de lo que los demás pueden sentir. Las espirales dejaron de ser bonitas cuando empezaste a caer en ellas. Cuando el reloj dejó de congelarse y empezaste a ser tú el congelado. Paciente, criogenizado, como esperando un antídoto. La paciencia dejó de ser tu punto fuerte y pasó a ser tu mayor debilidad. Las ganas empezaron a ser puras ansias.
Quieres sentirte vivo, no que te maten. Quieres ser el deseo de alguien, la silueta por la que alguien se gira para mirar como se aleja, como queriendo que vuelvas sin haberte ido aún. Mírate, mendigando amor y sin recibir siquiera migajas. Tú que lo das todo, que guardas cada detalle en tu memoria para, en el momento oportuno, hacer aflorar mil sensaciones con un solo gesto desinteresado.
No naciste para esta época, para esta sociedad. Para esta suciedad en el alma que te está pudriendo porque nadie viene a limpiarla; y tú ya no pides socorro ni a susurros. Me mancho las manos, como para ir a juego. Dibujo en el techo con los ojos, coloreo escupiendo sangre. Piensas que ocurrirá ahora, que sentirás mañana. Que pasó y que pasará. Pero nunca pasa nada, o nadie. El pasillo sigue vacío, el suelo sigue lleno de cenizas y arenas movedizas en vez de ropa.
Cuando algo te interesa te entusiasma. Amas lo nuevo, lo desconocido. Lo miras con descaro sabiendo que lo quieres tuyo. Pero nunca será tuyo. Nunca será tuya. Deja de soñar, nunca se te ha dado mal, ese es el problema. Te pones metas que tu corazón no puede conseguir. Olvidas tus limitaciones cuando las sensaciones afloran. Pones puntos suspensivos para no tener que imaginar un final antes siquiera de empezar. Siempre es lo mismo.
Soñar, bajar de la nube, poner distancia y dejar que se marchite esa flor que recogiste para ella, como intentando llamar una atención que nunca tendrás. Siempre empiezo hablando de mi y acabo hablando de otra persona, por pura lástima hacia mi mismo. Nunca me gustó hablar sobre mi, siempre preferí que me observaran y aprendieran. La magia del silencio y los pequeños detalles.
Se te desborda el amor en forma de lágrima hinundando la habitación y tiñéndose de rojo. No puedes evitarlo, tienes el corazón hecho mierda tirado en esa esquina. Tienes la vida escapándosete entre los dedos, saltando por la ventana.
Lo tienes todo, de la manera más rota. No tienes nada, de la manera más jodidamente penosa.
Sigue soñando con una sonrisa que nunca será tuya, con un culo que no va a estar nunca en tu cama.
Eres demasiado gris para que te amen, y se te está olvidando como amar.
Jodido alzheimer sentimental, estás haciendo polvo mi esencia.

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