jueves, 4 de diciembre de 2014

He vuelto, para irme.

He vuelto a recaer. He vuelto, pero para irme. Que alguien me diga que va a importarle, que mi ausencia va a notarse. Aunque sea mentira. Estaré demasiado lejos como para saber si es verdad. Estaré demasiado cerca como para distinguir realidad y fantasía. Realmente no sé que hago aquí, pero sé lo que quiero y lo que necesito. Sé que mi mirada se ve vacía, hay demasiada oscuridad dentro como para reflejar algo. Nadie le da una oportunidad al chico roto, tienen miedo de cortarse con los trozos. Yo ya intenté cortarme las venas con ellos, pero no estaban lo suficiente afilados. No sé hacer daño, solo recibirlo. No consigo ser otro aunque lo intente. Ya estaría muerto si de mi dependiese, al menos así tanto desastre sería comprensible.

Sube la música, apaga el mundo, dame fuego. Sírvete tú misma, mis restos no son de nadie. Ni siquiera míos. La amargura del café es para saborearla, la dulzura de tu boca es como para morirse, o más bien matarse. Dispara, pero sin apuntar, no vayas a arrepentirte en el último instante. Mira que hora es, y yo con estos sueños, tan solo cumpliendo años. Mírame bien, no eres consciente del mar en el que te sumerges. Cuando te quieras dar cuenta te habrá arrastrado la corriente, y solo hay una isla desierta en este océano. Hay más vida en mi mente que en mi cuerpo. Hay más muerte en mi cuarto que en la guerra. No hay más guerra en ti que la que yo provoco.

Sin pelea no hay reconciliación, sin lluvia no hay arco-iris. Sin amor no hay vida.
Dime entonces por qué respiro y mi voz retumba convirtiéndose en grito. Desgarrado, como tu camisa por las prisas. Un vaso roto en el suelo, un charco de sangre, un beso en la herida.
Un "Adiós, este no es mi sitio". Ni mi momento.
Tal vez sobreviva. Tal vez me da igual. Tal vez nunca debí jugar con fuego, pero quería que me quemaras y dejaras cicatriz.
Es demasiado larga mi lista de errores. Pero aún más larga es mi lista de sueños por cumplir.
Y tú estás en ambas, pero yo no estoy en ninguna.
Yo no estoy. Ni aquí ni allí. Yo no soy. Ya no.
Solo pasaba de camino para recoger alguna flor, por si olvidaba que a veces las espinas se clavan dentro. Por si recordaba que lo que me mata no es lo que me hace sangrar, si no que nadie quiere suturar la herida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario