miércoles, 17 de junio de 2015

Bórrame las cicatrices, se te da de lujo hacer que me emocione. Quién quiere droga teniendo esos labios, quién quiere mundo teniendo su piel, tú mi octaba maravilla, tu risa la mejor sinfonía. Silencio, mi pecho acelerado, caricias. Por favor, tira la llave al cerrar la puerta, sabes que me encanta(s) cuando mimetizas mi alma, lo que viene siendo a todas horas. Cómo no quieres que sonría, si contigo la lluvia más que mojarme se canaliza, me limpia(s) el alma, me vicia(s).
Si agarro tu mano es porque no quiero soltarla, no quiero que caigas, quiero darte alas, vida, ganas. Quiero ser tu alfombra roja, la que te lleve a las estrellas, donde me enseñes a brillar a todas horas, sin prisa, sin pausa, con ganas y sin avisar, como abrazarte por detrás, por sorpresa, como llegaste tú a mi vida. Nunca imaginé lo que escondía esa sonrisa, nunca pensé en que querría ser tu almohada, en cualquier parte, ser tu casa, tu refugio, tu salida. Esto es cosa nuestra, nadie lo entendería, y nunca me importó tan poco que eso pase, quién les necesita teniéndote a ti. Sea lo que sea lo que diga, lo que piense, lo que sienta, sé que tú lo entiendes, lo valoras, y lo amplificas. Haces de un grano de mi arena la cordillera más bonita del planeta, la de tu cuerpo, tus curvas, mis sueños, cumpliéndose contigo.

Porque tú ya eres un sueño cumplido, lo más cercano a mi concepto, la perfección, mi mayor deseo.
Por eso, cierra los ojos y pide los tuyos mientras te beso. Yo me encargaré de cumplirlos todos.

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