miércoles, 10 de junio de 2015

Me conformaría con ser tu error favorito, pese a conocer la falsedad de tus últimas palabras. Esas que intentas que se me claven en la herida abierta para taponarla, o que me maten directamente, pero que la hemorragia cese, para que me aleje de ti y que sea solo sea tu sangre la que lo manche todo. Ese caos tan tuyo, esta tozudez tan mía, esos polvos tan deseados, ese amor que parece que se esfumó. Parece que no me conocieras, ni aunque me acribillaras a balazos a quemarropa me inmutaría. Yo ya estoy muerto, ya lo estaba antes de probar esos labios, ya lo estaba cuando se fueron y acabaron volviendo a mi. El calor que me dabas era el único que había en mi cuerpo.

No se qué esperas que haga o qué esperas que pase, pero no será lo que pretendías aquella noche.
No seré lo que pretendía ser para ti, pero eso es solo cuestión de tiempo que lo asimile.
Como yo ninguno, y lo sabes. Como tú ninguna, aunque nunca me creíste.
Dejemos de engañarnos, tú y yo sabemos que somos más iguales que distintos.
Si vas a mentirme, mejor aprende primero a hacerlo.

1 comentario: